miércoles, 2 de febrero de 2011

Movimientos sociales en los países Árabes, ¿pueden tener repercusiones en latinoamerica?

"Las sociedades árabes estaban listas para explotar desde hacía años. Que la chispa haya saltado en Túnez y el fuego se haya extendido por Egipto es cosa del azar", sostiene Paul Salem, director del Centro Carnegie para Medio Oriente, con sede en Beirut.
¿Es que acaso los países latinoamericanos pueden llegar a una rebelión y posteriormente a la Revolución que se da en Túnez y Egipto? países como Guatemala, Honduras, Nicaragua y otros países latinoamericanos con indices altos en corrupción, desgobiernos y con síntomas a ser estados Fallidos, enriquecimiento ilícito, nepotismo, narcotráfico, crimen organizado, mercantilismo, iniquidad, falta de igualdad de condiciones económicas, sociales y en derechos, falta de liderazgos y figuras políticas sedientas de las mieles del poder pueda ser la gota que derrame el vaso y que la gente marche y exprese sus necesidades ante la falta de atención de los gobiernos de turno, las situaciones son distintas, en Túnez y Egipto con 23 y 30 años en el poder y las nuevas generaciones dando cuenta sobre la situación real de sus naciones, y en este caso corto para los periodos en el poder pero con grandes daños por las guerras civiles y por un terreno no claro para una llamada democracia inservible ¿harán que haya algún impacto aquellas revoluciones en estos países y que las personas manifiesten su inconformidad y exijan cambios sustanciales ante los gobiernos irresponsables? los datos muestran que en gran medida los países antes mencionados puedan dar signos de manifestaciones.

el siguiente análisis presenta tal posibilidad y de lo que se vive actualmente en los países árabes, habrá que profundizar más sí llegará a impactar por este lado esas expresiones de inconformidad y restablecer los ordenes jurídicos y a establecer gobiernos responsables dentro del Estado.


Corrupción, origen de la revolución árabe

Por: AFP, el martes, 01 de febrero de 2011

Latinoamérica debe mirar con atención el cambio de era que está ocurriendo en el mundo árabe. “Se rebelan contra dirigentes corruptos y arrogantes, acusados de administrar el Estado como una propiedad personal”, estimaron analistas de la Sorbona.

Al analizar las causas de la ola de manifestaciones que sacude a los países árabes, Bourhane Ghalioune, director del Centro de Estudios Arabes de la Sorbona de París, destaca la existencia de una "elite corrupta, apoyada por los países occidentales".

"Su única motivación es la acumulación de riquezas, cuando sus predecesores exhibían una voluntad de cambiar la vida de los más pobres", señala Ghalioune.

"Además, los dirigentes que se aferran al poder desde hace 30 años quieren que la sucesión vaya a su progenitura, lo que la población percibe como una provocación", agrega Ghalioune, profesor de sociología política, de origen sirio.

Por ejemplo, en Siria, Bashar al Asad remplazó a su padre fallecido en el año 2000 y Hosni Moubarak desea transmitir el poder a su hijo Gamal en Egipto.

La caída del presidente tunecino Zine El Abidine Ben Alí, al cabo de 23 años de poder, y la ola de protestas sin precedentes que enfrenta ahora Mubarak simbolizan "el fracaso de un modelo que combina una apertura salvaje a los mercados con un despotismo medieval", subraya el universitario de la Sorbona.

"La región de Medio Oriente y Africa del Norte es la más represiva del mundo, pues sobre 20 países, 16 pueden ser calificados de autoritarios", indica Ghalioune, refiriéndose a la clasificación del Economist Intelligence Unit (EIU).

Irak, el Líbano, la Autoridad Palestina e Israel son considerados "regímenes híbridos" y todos los demás catalogados como autoritarios. Todos los países están ubicados en la mitad inferior de la tabla mundial, que incluye a 167 países.

Otro universitario, Ghassan Salamé, profesor de ciencias políticas en París, habla de una evolución calamitosa en los últimos 30 años, aunque desde la descolonización el mundo árabe ya estaba familiarizado con la tiranía.

"Burguiba y Bumedian vivían en forma austera y no consideraban al estado como su propiedad", afirma Salamé.

Habib Burguiba, el padre de la independencia tunecina, gobernó durante 30 años a partir de 1957 y Huari Bumedian dirigió Argelia desde 1965 hasta 1978.

Según Salamé, "en los años setenta, esos regímenes comenzaron a volcarse hacia el neoliberalismo, utilizándolo en su provecho, y a gobernar en forma corrupta, apoderándose de sectores enteros de la economía".

La revuelta nació del rechazo a una minoría que se enriquece cuando la mayoría vive en la pobreza y reivindicó también la libertad de expresión.

"Las sociedades árabes estaban listas para explotar desde hacía años. Que la chispa haya saltado en Túnez y el fuego se haya extendido por Egipto es cosa del azar", sostiene Paul Salem, director del Centro Carnegie para Medio Oriente, con sede en Beirut.

"Lo notable de esas revueltas es que las consignas que movilizan a miles de personas en Túnez y Egipto son los derechos humanos y civiles, la democracia social y la justicia económica", agrega Salem.

"Se trata de un programa democrático y no ideológico", destaca.

"En los últimos treinta años, la única oposición verdadera a los regímenes autoritarios era el movimiento islámico, pero en realidad, los movimientos en Egipto y en Túnez lograron en pocas semanas lo que los partidos islámicos no lograron en décadas", prosigue Salem.

"Eso prueba que la democracia tiene actualmente una resonancia más potente que el islamismo, el nacionalismo árabe o las ideas de izquierda", concluye. ver en: http://www.estrategiaynegocios.net/mundo/Default.aspx?option=17705

lunes, 24 de enero de 2011

Militares en seguridad pública ¿Efectividad, pragmatismo o bomba de tiempo? Por Lucía Dammert


El incremento del crimen, el poder del narcotráfico y la aparente falta de efectividad gubernamental para combatirlo son elementos presentes en prácticamente toda América Latina. Con diferencias, la realidad muestra una fuerte presencia del crimen organizado en países tan diversos como Paraguay, Brasil, Colombia, Guatemala y México, así como vinculaciones cada vez más evidentes en el resto de las naciones.

El diagnóstico es poco alentador. Los niveles de desigualdad, fragmentación social, inequidad en la entrega de los bienes públicos como educación y salud e incluso la segregación urbana, son elementos detonadores de mayores probabilidades de presencia del crimen y no han variado significativamente en los últimos años. Ni que decir de los índices de consumo de alcohol y drogas, la prevalencia de la violencia doméstica y la generalizada utilización de la fuerza para resolver todo tipo de conflicto cotidiano.

Por decirlo en claro, los cambios estructurales necesarios para enfrentar al crimen de forma efectiva no se han realizado. Y en algunos países ni siquiera se están empezando a plantear en la agenda pública.

Los gobiernos tienen pocas herramientas para enfrentar esta situación. Generalmente olvidadas, mal pagadas y con prácticas de corrupción e ineficiencia en el centro de su accionar cotidiano, las instituciones policiales tienen mínimas capacidades para enfrentar este enemigo. La carencia de información conlleva a prácticas meramente reactivas, la falta de entrenamiento adecuado limita la posibilidad de investigación seria sobre los hechos, y las precarias condiciones laborales y salariales promueven la descomposición, la ineficacia y el uso indebido de la fuerza.

¿Qué hacer? Muchos gobiernos se han visto enfrentados a una pregunta que inquieta a los ciudadanos como mostró la última información del Latinobarómetro donde la mayoría de latinoamericanos expresó que la seguridad era su primera preocupación. Pero también es el requerimiento del concierto internacional que reclama por acciones que limiten el derrame regional del problema, especialmente de aquel vinculado con el crimen organizado.

La solución no es fácil y, sin duda, requiere de capacidades de entendimiento de la complejidad del fenómeno, así como de rapidez en la elaboración e instrumentación de políticas. En algunos países la utilización de las fuerzas armadas ha sido asumida como la única alternativa viable para no perder gobernabilidad, asegurar el Estado de derecho y consolidar una imagen de fuerza frente a verdaderos ejércitos paralelos vinculados con el crimen organizado.

Pero ¿sirve sacar soldados a la calle? Depende. En primer lugar, el envío masivo de personal subalterno con limitada capacitación para enfrentar el problema es un arma de doble filo porque genera conflictos con una ciudadanía que espera soluciones rápidas y, además, una oferta pública más global, así como con las instituciones policiales que no encuentran forma de organización, respuesta alternativa a la presencia armada y el control del espacio. En segundo lugar, la presencia disuade y permite avanzar, pero no genera caminos sólidos. Sin duda en eventos de emergencia la participación militar puede servir como válvula para disminuir la presión del momento , mas instalada en el tiempo pierde efectividad. En tercer lugar, el trabajo de terreno en lugares con alta penetración del crimen organizado pone en peligro de corrupción al personal, con lo que las fuerzas armadas aún reconocidas con ciertos grados de legitimidad social podrían sufrir un daño casi irreparable.

¿Qué hacer? Si es necesaria la presencia militar se requieren de claros objetivos de ingreso y egreso de los territorios. Es decir, programas paralelos de fortalecimiento y modernización de las instituciones policiales para que puedan dar cuenta del problema en el más breve plazo. Instalar sistemas de alerta temprana, y denuncia directa por parte de la sociedad civil para evitar cualquier tipo de corruptela o abuso de la fuerza en el marco de la llamada lucha contra las drogas. Destrabar la posible vinculación entre crimen y política es una tarea urgente en América Latina, partiendo con claros mecanismos de transparencia en el financiamiento de los partidos políticos, las campañas, el avance en la claridad de las cuentas públicas de gobiernos nacionales, regionales e incluso locales, para de esta forma evitar la consolidación de un gobierno que se haga el desentendido o que directamente participe de iniciativas ilegales.

Los militares están jugando un rol importante, tratando de reparar un daño social, económico y político realizado durante muchas décadas pero las consecuencias pueden ser catastróficas. La escalada en el uso de la violencia, las limitaciones de derechos en nombre de mayor seguridad, la crisis de la legitimidad institucional, el enfrentamiento entre las diferentes ramas militares son sólo algunos pronósticos no impensables en la mayoría de casos donde esta condición se ha presentado. Situaciones todas en países con altos niveles de conflicto, ya que sin duda pensar en la utilización de militares para patrullaje vecinal en naciones donde la presencia del crimen está medianamente controlada es tratar de apagar el incendio con gasolina.

Leer más:http://www.poder360.com/article_detail.php?id_article=5102#ixzz1C1AJyy2L

domingo, 23 de enero de 2011

¿Qué se piensa de la economía Informal?

El siguiente es un comentario que el ciudadano Harold Caballeros públicó en el muro de Unidos por Guatemala en Facebook http://www.facebook.com/unidosporguatemala, que literalmente dice:

Harold Caballeros:"A diferencia de quienes desprecian la economía informal, a mi me resulta muy esperanzador ver que el guatemalteco no vacila en salir a la calle con una caja de lustre a ganarse la vida honradamente, o decide exponer su vida para emigrar, sufriendo toda clase de riesgos, con el único fin de obtener un empleo y ganarse el pan diario para si y para su familia."


mi opinión respecto al comentario es:

Creo que el tema de la economía informal puede resultar algo engorroso, primero que todo la incapacidad de los "MANDATARIOS" o sea los que nos hacen los mandados al pueblo y todos sus funcionarios incapaces y desinteresados por su patria, no han tenido la voluntad de echar andar grandes ideas para agilizar los tramites para poner una empresa, sin bien es cierto cuando voy al Registro Mercantil pueden dar tramite a una parte pero no queda legalmente constituida en menos tiempo, he visto en algunos ejemplos en otros países la facilidad que hay para constituir una empresa, la burocracia que existe para dar vida a una empresa en Guatemala motiva también a que el comerciante informal o no informal lo piense dos veces en montar un negocio por lo tardado que puede resultar, segundo, el Estado a través de sus instituciones -todas- deben tener plena armonía y establecer parámetros con objetivos generales, específicos y simplificados con visión a corto, mediano y largo plazo a manera que no se hagan chapuces como se han venido haciendo y que vaya imperando la impunidad, el desorden, la corrupción y ricos a costillas del erario nacional, Tercero La Visión debe ser que aunque el partido oficial o cualquiera que vaya gobernando, pierda las elecciones; los objetivos específicos trazados por una política de Estado seguirán cumpliendo y dando pequeños ajustes conforme se avanza en la modernidad y a los cambios sociales, políticos y económicos que vayan suscitando a lo largo de los periodos, por el lado económico los incentivos -para lo que estamos atravesando en estos momentos en nuestro país- son pocos, porque la política que hay que especificar es garantizar lo que dice el Art. 2 y Art. 3 de nuestra Constitución Política, fortalecer las instituciones y respetar los presupuestos de cada uno de ellos y no cometer el error de desfinanciar a ministerios ó secretarias, en cierto sentido también hay que ser más austeros en el gasto público porque crea más déficit en el PIB, primero debemos generar Seguridad para luego pasar a garantizar la inversión, y como tal ver la Salud, la educación y la vivienda que son los temas más prioritarios de los guatemaltec@s. Se ve fácil y sé que es difícil pero con responsabilidad y asumiendo el reto un verdadero liderazgo y motivando a que cada uno de los ciudadanos y ciudadanas trabajen duro e irse tecnificando para ser superiores Guatemala podría llegar a ser la gran nación que ha sido siempre solo que mejor.

Puede sonar muy lejos o puede resultar una visión muy ideal la que planteo, pero si se cumplen los principios y las funciones que dicta la constitución, Presidente, Ministros de Estado, diputados al Congreso de la República y Magistrados y Jueces del Organismo Judicial hará que Guatemala sea un Motor de desarrollo y pueda cumplir con expectativas económicas, sociales y políticas y con mejores indices de Desarrollo mejorando la vida de todos los guatemaltecos, para hacer cumplir esas expectativas gobernados y gobernantes deben proceder con absoluto apego al Derecho. Saludos mis amigos.