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miércoles, 31 de agosto de 2011
¿QUIENES SON NUESTROS DIPUTADOS 2012-2016?
miércoles, 22 de junio de 2011
INDICE DE ESTADO FALLIDO 2011 – FAILED STATES INDEX – Fund for Peace & Foreign Policy
El lunes 20 de junio, Fund for Peace y Foreign Policy hicieron la presentación pública de la séptima edición del índice de Estado Fallido, versión 2011. Guatemala se sigue encontrando dentro de lospaíses en alerta, con una leve mejora en su calificación, pero manteniendo la posición en el ranking, 106 de un total de 177 países evaluados.
El complejo fenómeno del fracaso de los sistemas democráticos es tema de variadas discusiones en distintas instituciones y esferas sociales, pero sigue comprendiéndose muy poco. Los problemas que acosan a los Estados en proceso de convulsión política suelen ser muy similares: corrupción generalizada, clases dirigentes depredadoras que monopolizan el poder, ausencia de un sólido Estado de Derecho y graves divisiones entre la población. Sin embargo, esto no significa que las soluciones a tomar deban estar cortadas por el mismo patrón.
¿QUÉ ES UN ESTADO FALLIDO?
El comportamiento errático de un dirigente aislado no sólo hace que sea aún más miserable la vida de los millones de pobres sobre los que gobierna, sino que da señales claras sobre la estabilidad política y las posibilidades de inversión en toda la región que lo circunda. En otras palabras, las amenazas de los Estados débiles tienen una onda expansiva que va mucho más allá de sus fronteras y pone en peligro el desarrollo y la seguridad de países vecinos y lejanos.
El término Estado Fallido hace referencia a una serie de condiciones que conllevan al debilitamiento del Gobierno en relación a la demanda económica, política y social que hace la sociedad. El término busca evaluar si los Estados responden eficientemente a su función, consistiendo ésta en el abordaje de una serie de elementos que se listan como componentes dentro del índice.
Adicionalmente, el índice califica de esta manera a aquel Estado en donde el gobierno ha perdido control efectivo sobre su territorio, enfatizando la importancia de la protección de las democracias. Sin embargo, el definir una evaluación objetiva del término, identificando claramente los aspectos que son tomados en cuenta, contribuye de gran manera a la definición de prioridades dentro de las agendas de gobierno y de nación.
De forma complementaria, se califica a un país de "exitoso" si mantiene un monopolio en el uso legítimo de la fuerza física dentro de sus fronteras. Más específicamente, el término también se utiliza en el sentido de un Estado que se ha hecho ineficaz de cumplir las funciones que le han sido asignadas en materia de seguridad, justicia, transparencia y desarrollo social y económico.
El mayor énfasis que se hace a este respecto es la capacidad con la que cuenta un Estado para hacer cumplir las leyes de forma uniforme, manifestándose su incapacidad en las altas tasas de criminalidad, corrupción extrema, un extenso mercado informal, burocracia impenetrable, ineficacia judicial, interferencia militar en la política, y aquellas situaciones en las cuales la sociedad se ve obligada a subsanar de forma independiente las tareas pendientes que el Estado no ha podido llevar a cabo con éxito.
DESCRIPCIÓN DEL ÍNDICE
La evaluación del índice consiste en la integración de los resultados obtenidos por los países en cada uno de los 12 elementos evaluados. Estos elementos se dividen en 12 variables de carácter social,económico y político/militar.
- Guatemala mejoró en 8 de los 12 indicadores, siendo los 3 que mostraron mayores avances: Independencia Externa, Migraciones y Fugas Crónicas, y Refugiados y Desplazados.
- Guatemala empeoró en 4 de los 12 indicadores, siendo estos los siguientes: Violación a Derechos Humanos, Agravios y Paranoia Social, Desarrollo Económico Desigual, y presencia de Aparatos Ilegales (CIACS).
COMPARACIÓN CON EL CONTINENTE
Esta visión parcial del país no permite identificar la relación que ha tenido respecto del desempeño de los países del continente, situación que puede explicar de mejor forma si los resultados son debidos a un comportamiento generalizado o si la región se encuentra sumida en una dinámica particular. De forma breve, los hallazgos son los siguientes:
- Respecto de los países considerados como Estados Fallidos, en primer lugar se encuentra Somalia, acompañado del único país latinoamericano que aparece en esta categoría: Haití, ubicándose en la posición 173. A estos países, el índice les hace un llamado expreso a la consideración de una reestructuración de base, replanteando la visión de país a futuro.
- Dentro de la categoría en alerta de convertirse en Estados Fallidos se ubica el grueso de países latinoamericanos, con casos más graves como Colombia en la posición 134, Bolivia en la posición 119, Ecuador en la posición 116, Nicaragua en la posición 111, y Guatemala en la posición 106. Luego hay un grupo de países menos graves como por ejemplo Honduras, República Dominicana, El Salvador, Perú y Brasil.
- En lo que respecta a los países políticamente estables, liderando la categoría Uruguay y Chile en las posiciones 24 y 25, seguidos por Argentina en la posición 33, Costa Rica en la posición 41 y Panamá en la posición 47.
- Por último, es conveniente señalar que Canadá es el único país del continente que se ubica en la categoría de Estados Sostenibles, siendo Finlandia el país mejor evaluado.
AGENDA DE TRABAJO PENDIENTE
Como parte de la metodología empleada por ambas instituciones que contribuyen a la elaboración del índice, de forma complementaria el índice lista una serie de comentarios que se agrupan en lo que se denomina “the Core Five State Institutions”, o las cinco instituciones que necesitan ser reformadas para consolidar un Estado fortalecido que responda a las demandas de la sociedad.
Siguiendo este esquema, los comentarios para Guatemala son los siguientes:
1. Liderazgo Político. A los dirigentes políticos, haciendo énfasis en el presidente, les queda pendiente el poder superar la corrupción que ataca el país, demostrando compromiso con el manejo sano de las finanzas.
2. Ejército. A pesar de que se ha reducido año con año el número de efectivos, se debe tener mucho cuidado sobre el papel que juega el ejército en cuanto al tema de seguridad y el apoyo a líderes políticos en contra del régimen democrático.
3. Policía. Se necesita de una policía fortalecida en términos de miembros y presupuesto, sobre todo en la labor investigativa y de alto impacto, donde quedan grandes deudas. Se ha generado un clima de desconfianza respecto de los agentes.
4. Sistema Judicial. Es un órgano de gobierno ineficiente, con gran cantidad de casos de corrupción, necesitado de un régimen de profesionalización para transparentar su función, brindando protección a testigos y jueces, impartiendo justicia certera y a tiempo.
5. Servicio Civil. La falta de una carrera civil independiente de intereses económicos y políticos hace que el ciudadano desconfíe de aquellos que tienen a cargo la función pública.
Nota a través de Fundesa:
jueves, 2 de junio de 2011
El keynesianismo Por: Ramón Parellada
Para la mayoría de personas, el hablar de economía y mencionar a los keynesianos es como hablar en chino. Recordemos algunos hechos importantes de los keynesianos para analizar las propuestas de nuestros candidatos.
John Maynard Keynes fue uno de los economistas británicos más influyentes en el mundo entero. Uno de sus primeros libros fue un análisis de cómo fracasaría la economía de Alemania después de la Primera Guerra Mundial debido a las sanciones económicas insostenibles que se le habían impuesto (Las Consecuencias económicas de la Paz, 1919). Su obra principal fue publicada en 1936 y es La Teoría general del empleo, interés y dinero.
Keynes y más bien sus seguidores consideran al capitalismo inestable y justifican el gasto deficitario del gobierno para llegar al pleno empleo. La deuda es buena mientras que el ahorro no. Abre las puertas para la ingeniería social que no es más que el análisis de cómo recaudar más impuestos y luego, cómo re-distribuirlos. Prefiere los impuestos progresivos y altos para que la gente no ahorre a modo de que se pueda gastar más y llenar la brecha deflacionaria (estaba preocupado por la deflación), si no alcanzan los impuestos para cubrir ese gasto creciente y deficitario hay que endeudarse al máximo, y si no, hay que recurrir a la emisión monetaria aunque genere inflación. Al final, si hay que escoger entre inflación o desempleo es preferible la inflación.
Keynes surge con mucha fuerza porque durante la Gran Depresión la economía clásica no convencía con sus recetas de dejar que el mercado se ajustara solo. Keynes no veía nada automático y había que intervenir. Veía demasiados inventarios de productos sin venderse y por eso el gobierno tenía que gastar más para reactivar la economía y que la gente tuviera ingresos a modo de gastarlos, las tasas de interés no se ajustaban automáticamente culpando a quien ahorraba o mejor dicho atesoraba, quitando esos ahorros de la oferta y por lo tanto quien quería invertir no encontraba quién le diera préstamos y veía que había mucho desempleo sin que la economía clásica lo resolviera, por ello no importaba la calidad del gasto del gobierno, lo que importaba era gastar y llenar la famosa “brecha deflacionaria”.
Los clásicos defendían su teoría indicando que el mercado estaba intervenido y así era, había rigideces que no permitían que se ajustara rápidamente. Luego de la Gran Depresión el gobierno aumentó el encaje bancario empeorando depresión creando una fuerte contracción. Además impuso aranceles con lo que redujo el comercio exterior libre encareciendo todos los productos. Los salarios no podían ir a la baja por rigideces de la legislación laboral y el resultado era un mayor desempleo. No había suficiente inversión porque el sistema estaba estancado, había desconfianza por parte de quien tenía ahorros y pocos con ganas de emprender aventuras nuevas en un momento en que quebraban a diario empresas y bancos.
Los políticos vieron en las explicaciones de Keynes su justificación para romper con las restricciones que regían en todo comportamiento de un buen gobierno como presupuestos equilibrados y bajos gastos. A la economía de Keynes y los keynesianos se les llama la economía del gasto, de gastar y del gran gobierno. La austeridad y el equilibrio en las finanzas públicas dieron paso al excesivo gasto gubernamental, mayores impuestos progresivos, mayor emisión monetaria y un endeudamiento colosal. El resultado, inicialmente, parecía funcionar, con el tiempo, fue un mayor gasto del Gobierno, inflación y estancamiento.
ver nota original http://www.s21.com.gt/opinion/2011/06/02/keynesianismo
miércoles, 2 de febrero de 2011
Movimientos sociales en los países Árabes, ¿pueden tener repercusiones en latinoamerica?
¿Es que acaso los países latinoamericanos pueden llegar a una rebelión y posteriormente a la Revolución que se da en Túnez y Egipto? países como Guatemala, Honduras, Nicaragua y otros países latinoamericanos con indices altos en corrupción, desgobiernos y con síntomas a ser estados Fallidos, enriquecimiento ilícito, nepotismo, narcotráfico, crimen organizado, mercantilismo, iniquidad, falta de igualdad de condiciones económicas, sociales y en derechos, falta de liderazgos y figuras políticas sedientas de las mieles del poder pueda ser la gota que derrame el vaso y que la gente marche y exprese sus necesidades ante la falta de atención de los gobiernos de turno, las situaciones son distintas, en Túnez y Egipto con 23 y 30 años en el poder y las nuevas generaciones dando cuenta sobre la situación real de sus naciones, y en este caso corto para los periodos en el poder pero con grandes daños por las guerras civiles y por un terreno no claro para una llamada democracia inservible ¿harán que haya algún impacto aquellas revoluciones en estos países y que las personas manifiesten su inconformidad y exijan cambios sustanciales ante los gobiernos irresponsables? los datos muestran que en gran medida los países antes mencionados puedan dar signos de manifestaciones.
Corrupción, origen de la revolución árabe
Por: AFP, el martes, 01 de febrero de 2011
Latinoamérica debe mirar con atención el cambio de era que está ocurriendo en el mundo árabe. “Se rebelan contra dirigentes corruptos y arrogantes, acusados de administrar el Estado como una propiedad personal”, estimaron analistas de la Sorbona.
Al analizar las causas de la ola de manifestaciones que sacude a los países árabes, Bourhane Ghalioune, director del Centro de Estudios Arabes de la Sorbona de París, destaca la existencia de una "elite corrupta, apoyada por los países occidentales".
"Su única motivación es la acumulación de riquezas, cuando sus predecesores exhibían una voluntad de cambiar la vida de los más pobres", señala Ghalioune.
"Además, los dirigentes que se aferran al poder desde hace 30 años quieren que la sucesión vaya a su progenitura, lo que la población percibe como una provocación", agrega Ghalioune, profesor de sociología política, de origen sirio.
Por ejemplo, en Siria, Bashar al Asad remplazó a su padre fallecido en el año 2000 y Hosni Moubarak desea transmitir el poder a su hijo Gamal en Egipto.
La caída del presidente tunecino Zine El Abidine Ben Alí, al cabo de 23 años de poder, y la ola de protestas sin precedentes que enfrenta ahora Mubarak simbolizan "el fracaso de un modelo que combina una apertura salvaje a los mercados con un despotismo medieval", subraya el universitario de la Sorbona.
"La región de Medio Oriente y Africa del Norte es la más represiva del mundo, pues sobre 20 países, 16 pueden ser calificados de autoritarios", indica Ghalioune, refiriéndose a la clasificación del Economist Intelligence Unit (EIU).
Irak, el Líbano, la Autoridad Palestina e Israel son considerados "regímenes híbridos" y todos los demás catalogados como autoritarios. Todos los países están ubicados en la mitad inferior de la tabla mundial, que incluye a 167 países.
Otro universitario, Ghassan Salamé, profesor de ciencias políticas en París, habla de una evolución calamitosa en los últimos 30 años, aunque desde la descolonización el mundo árabe ya estaba familiarizado con la tiranía.
"Burguiba y Bumedian vivían en forma austera y no consideraban al estado como su propiedad", afirma Salamé.
Habib Burguiba, el padre de la independencia tunecina, gobernó durante 30 años a partir de 1957 y Huari Bumedian dirigió Argelia desde 1965 hasta 1978.
Según Salamé, "en los años setenta, esos regímenes comenzaron a volcarse hacia el neoliberalismo, utilizándolo en su provecho, y a gobernar en forma corrupta, apoderándose de sectores enteros de la economía".
La revuelta nació del rechazo a una minoría que se enriquece cuando la mayoría vive en la pobreza y reivindicó también la libertad de expresión.
"Las sociedades árabes estaban listas para explotar desde hacía años. Que la chispa haya saltado en Túnez y el fuego se haya extendido por Egipto es cosa del azar", sostiene Paul Salem, director del Centro Carnegie para Medio Oriente, con sede en Beirut.
"Lo notable de esas revueltas es que las consignas que movilizan a miles de personas en Túnez y Egipto son los derechos humanos y civiles, la democracia social y la justicia económica", agrega Salem.
"Se trata de un programa democrático y no ideológico", destaca.
"En los últimos treinta años, la única oposición verdadera a los regímenes autoritarios era el movimiento islámico, pero en realidad, los movimientos en Egipto y en Túnez lograron en pocas semanas lo que los partidos islámicos no lograron en décadas", prosigue Salem.
"Eso prueba que la democracia tiene actualmente una resonancia más potente que el islamismo, el nacionalismo árabe o las ideas de izquierda", concluye. ver en: http://www.estrategiaynegocios.net/mundo/Default.aspx?option=17705
lunes, 24 de enero de 2011
Militares en seguridad pública ¿Efectividad, pragmatismo o bomba de tiempo? Por Lucía Dammert
El incremento del crimen, el poder del narcotráfico y la aparente falta de efectividad gubernamental para combatirlo son elementos presentes en prácticamente toda América Latina. Con diferencias, la realidad muestra una fuerte presencia del crimen organizado en países tan diversos como Paraguay, Brasil, Colombia, Guatemala y México, así como vinculaciones cada vez más evidentes en el resto de las naciones.
El diagnóstico es poco alentador. Los niveles de desigualdad, fragmentación social, inequidad en la entrega de los bienes públicos como educación y salud e incluso la segregación urbana, son elementos detonadores de mayores probabilidades de presencia del crimen y no han variado significativamente en los últimos años. Ni que decir de los índices de consumo de alcohol y drogas, la prevalencia de la violencia doméstica y la generalizada utilización de la fuerza para resolver todo tipo de conflicto cotidiano.
Por decirlo en claro, los cambios estructurales necesarios para enfrentar al crimen de forma efectiva no se han realizado. Y en algunos países ni siquiera se están empezando a plantear en la agenda pública.
Los gobiernos tienen pocas herramientas para enfrentar esta situación. Generalmente olvidadas, mal pagadas y con prácticas de corrupción e ineficiencia en el centro de su accionar cotidiano, las instituciones policiales tienen mínimas capacidades para enfrentar este enemigo. La carencia de información conlleva a prácticas meramente reactivas, la falta de entrenamiento adecuado limita la posibilidad de investigación seria sobre los hechos, y las precarias condiciones laborales y salariales promueven la descomposición, la ineficacia y el uso indebido de la fuerza.
¿Qué hacer? Muchos gobiernos se han visto enfrentados a una pregunta que inquieta a los ciudadanos como mostró la última información del Latinobarómetro donde la mayoría de latinoamericanos expresó que la seguridad era su primera preocupación. Pero también es el requerimiento del concierto internacional que reclama por acciones que limiten el derrame regional del problema, especialmente de aquel vinculado con el crimen organizado.
La solución no es fácil y, sin duda, requiere de capacidades de entendimiento de la complejidad del fenómeno, así como de rapidez en la elaboración e instrumentación de políticas. En algunos países la utilización de las fuerzas armadas ha sido asumida como la única alternativa viable para no perder gobernabilidad, asegurar el Estado de derecho y consolidar una imagen de fuerza frente a verdaderos ejércitos paralelos vinculados con el crimen organizado.
Pero ¿sirve sacar soldados a la calle? Depende. En primer lugar, el envío masivo de personal subalterno con limitada capacitación para enfrentar el problema es un arma de doble filo porque genera conflictos con una ciudadanía que espera soluciones rápidas y, además, una oferta pública más global, así como con las instituciones policiales que no encuentran forma de organización, respuesta alternativa a la presencia armada y el control del espacio. En segundo lugar, la presencia disuade y permite avanzar, pero no genera caminos sólidos. Sin duda en eventos de emergencia la participación militar puede servir como válvula para disminuir la presión del momento , mas instalada en el tiempo pierde efectividad. En tercer lugar, el trabajo de terreno en lugares con alta penetración del crimen organizado pone en peligro de corrupción al personal, con lo que las fuerzas armadas aún reconocidas con ciertos grados de legitimidad social podrían sufrir un daño casi irreparable.
¿Qué hacer? Si es necesaria la presencia militar se requieren de claros objetivos de ingreso y egreso de los territorios. Es decir, programas paralelos de fortalecimiento y modernización de las instituciones policiales para que puedan dar cuenta del problema en el más breve plazo. Instalar sistemas de alerta temprana, y denuncia directa por parte de la sociedad civil para evitar cualquier tipo de corruptela o abuso de la fuerza en el marco de la llamada lucha contra las drogas. Destrabar la posible vinculación entre crimen y política es una tarea urgente en América Latina, partiendo con claros mecanismos de transparencia en el financiamiento de los partidos políticos, las campañas, el avance en la claridad de las cuentas públicas de gobiernos nacionales, regionales e incluso locales, para de esta forma evitar la consolidación de un gobierno que se haga el desentendido o que directamente participe de iniciativas ilegales.
Los militares están jugando un rol importante, tratando de reparar un daño social, económico y político realizado durante muchas décadas pero las consecuencias pueden ser catastróficas. La escalada en el uso de la violencia, las limitaciones de derechos en nombre de mayor seguridad, la crisis de la legitimidad institucional, el enfrentamiento entre las diferentes ramas militares son sólo algunos pronósticos no impensables en la mayoría de casos donde esta condición se ha presentado. Situaciones todas en países con altos niveles de conflicto, ya que sin duda pensar en la utilización de militares para patrullaje vecinal en naciones donde la presencia del crimen está medianamente controlada es tratar de apagar el incendio con gasolina.
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